viernes, 19 de abril de 2013

NIÑOS MENDIGO

"El objeto de la educación es la liberación del hombre"  Julius Nyerere

Tras mi visita a Isla de Goree me he dado cuenta que la llama de la esclavitud aún sigue viva en Senegal, una nueva forma de esclavitud continúa siendo una realidad para muchos niños senegaleses. En cada gran ciudad del país es habitual ver a grupitos de niños descuidados, con ropas desgastadas y descalzos deambulando por la calle con la típica lata de conserva de tomate en la mano. Se concentran en los cruces, en las paradas de autobús, en las zonas turísticas y se acercan a las personas que van caminando e incluso golpean las ventanas de algunos taxis con la esperanza de recibir algunas monedas. Se les conoce como Talibés, y su único objetivo es recaudar la cuota exigida por sus maestros, que se encargan de supervisar su educación y el lugar donde viven. 

La palabra “Talibé”, proviene del árabe “Talib” que significa estudiante. En principio designa a un joven de entre 3 a 14 años, que aprende el Corán con un maestro llamado “Marabú”. Sin embargo, con el paso de los años, el término casi se ha convertido en “niño de la calle”. 

En una sociedad predominantemente musulmana, donde los líderes religiosos tienen un inmenso poder social y político, los niños han sido durante muchos años confiados a los marabús, quienes los educaban en escuelas coránicas residenciales llamadas “Daaras”. Antiguamente, las daaras, estaban situadas en el campo y combinaba la enseñanza del Corán y la enseñanza de los cultivos estacionales por lo que eran económicamente autónomas y ofrecían a los Talibés una existencia digna. 

En la actualidad, las daaras han sido trasladadas a las ciudades, dónde el cultivo es inviable y, al no tener otro medio de financiamiento, utilizan a los niños para mendigar y encontrar así los recursos necesarios para su funcionamiento. El principal problema es que hoy, este sistema ha degenerado, creando una forma de explotación o esclavitud en el que los niños se ven obligados a mendigar, en ocasiones bajo las amenazas de sus Marabús. 

Según un reciente informe de Human Rights Watch dedicado al estudio de los talibés en Senegal, al menos 50.000 niños viven internados en las escuelas coránicas. Han evidenciado que algunos Marabús están utilizando la educación como tapadera para cubrir la explotación de los niños a su cargo exigiéndoles una cuota diaria excesiva y obligándolos a pasar mucho tiempo en la calle. Algunos morabitos acumulan más de 70.000 euros al año a través de la explotación de los niños bajo su cuidado, una suma considerable en un país donde la mayoría de las personas viven con menos de 1,5 euros al día. Así no es de extrañar que agotados por este abuso continuado, más de 1.000 niños huyan de las Daaras cada año. 

Ante tal pretexto, me pregunto si debo o no darles dinero. Por un lado, pienso que no debo fomentar la mendicidad y explotación infantil y por otro, deseo que éstos niños no sigan sufriendo. Con el tiempo me he dado cuenta que con nuestra aportación no estamos arreglando el problema, sólo estamos limpiando nuestras consciencias. He visto a mucha gente que da, yo mismo he contribuido a ello pero he podido comprobar año tras año, que esos niños siguen ahí cada día, agarrados al mismo bote de tomate. Y que a pesar de las abundantes aportaciones nada cambia su situación futura. Quizá no nos demos cuenta que no son monedas lo que realmente necesitan. Quizás no somos conscientes que no son monedas lo que verdaderamente nos piden… 

Lo que realmente necesitan es un gobierno que se comprometa con ellos, que regule todas las escuelas coránicas y que vele por el respeto de los convenios internacionales que tiene suscritos, como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Carta Africana sobre los Derechos y Bienestar del Niño, así como la Declaración de los Derechos Humanos en el Islam (DDHI) o Declaración de El Cairo. Dicha declaración se opone a la esclavitud, a la opresión, a la explotación y al colonialismo, y se señala que “Todo abuso de autoridad queda prohibido”. 

Aprovechando que hoy, 20 de abril, se celebra el Día Nacional del Talibé en Senegal, me gustaría homenajear a la Fundación Talibés, una asociación española de reciente fundación que nace con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los Talibés y garantizarles un futuro digno. La fundación Talibés trabaja en la construcción de internados proporcionando a los niños una enseñanza diversificada y normalizada para que aprendan, además del Corán, lenguas (francés, español, inglés) y matemáticas, y que desarrollen las competencias necesarias para su día a día (salud, higiene y ciudadanía). Apuestan por la plena integración de los talibés en el sistema educativo del país y tratan de implicar al Estado de Senegal, siendo conscientes que sólo es posible que sus acciones lleguen a buen término si el Estado se implica activamente. 

 

¡Por una vida digna para todos los talibés y por una infancia que garantice su futuro!

3 comentarios:

  1. Fantastica tu aportación. Nos necesitan....
    Alex

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  2. Oscar, gracias por este escrito tan explicativo y vivencial sobre esta situación tan tremenda que viven los niños Talibés en Senegal.

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  3. Gracias por tu comentario Amaia. Mi objetivo era concienciar a la gente de los innumerables peligros a los que se enfrentan los talibés, ya que sus vidas están marcadas por las enfermedades, la inseguridad y la ausencia absoluta de futuro al no ser integrados en el sistema educativo. Espero haber contribuido a ello así como reconocer a la gente que trabaja por mejorar sus condiciones de vida. Un abrazo

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