lunes, 28 de mayo de 2012

KONY 2012

Vale más fracasar honradamente que triunfar debido a un fraude. Sófocles

 

 


Hace ya unos meses desde que me revotaron a través de las redes sociales, la popular campaña Kony 2012. Una exitosa campaña americana dónde se describen los crímenes cometidos a finales de la década de 1980 por Joseph Kony, comandante del ejército (LRA) y actualmente prófugo de la justicia internacional. Una campaña lanzada con el objetivo de hacer ruido alrededor de éste “señor de la guerra” ugandés señalado por la justicia internacional por liderar el secuestro de miles de niños en Uganda y forzarlos como esclavos sexuales o niños soldado.

Viendo que la campaña se ha convertido en una de las búsquedas más recurrentes de Google, que en Youtube ha acumulado millones y millones de reproducciones, que en Facebook y Twitter lo consideran como una campaña global de éxito y que aprovechando la popularidad de los movimientos globales de la indignación, se ha hecho una llamada para empapelar las calles de todo el mundo, no me ha resultado extraño ver carteles de la campaña “Kony 2012” en los principales escaparates de mi ciudad.


Movido por la curiosidad, me puse a investigar y me quede sorprendido al observar que este enorme despliegue está suscitando también muchas polémicas.

En primer lugar, me gustaría hacer saber a todas aquellas personas que están haciendo donaciones, comprando kits de propaganda o merchandising que el destino de los recursos que la ONG Invisible Children obtiene están envueltos en polémicas desde hace mucho tiempo, debido a que sus cuentas son particularmente oscuras. Sólo hay que descargar el informe en pdf de 2011 para observar que de los 13 millones de dólares de beneficios que obtuvo, 8 millones fueron gastos. De esos 8 millones de gastos, solo se ha destinado un 30% a inversiones en proyectos de solidaridad, destinándose el 70% restante a gastos de gestión y mantenimiento de la plantilla y la infraestructura de Invisible Children. De esta forma el gasto más importante se repartió así; 1,7 millones para pagar a 43 trabajadores a tiempo completo, 357.000 para producción audiovisual, 850.000 en costes de producción, 244.000 en asesoría y contratación externa, 1,07 millones en viajes y 400.000 en el alquiler y gastos de una oficina en San Diego. Según algunas fuentes, el sueldo de sus tres fundadores ronda los 90.000 dólares, un excesivo sueldo para los tiempos de crisis que corren. El resto de los gastos se derrochan en vídeos como el de la campaña, que ha costado un millón de dólares.

En segundo lugar, el vídeo presenta una realidad exagerada y poco rigurosa. Sus creadores han querido hacer creer a la población mundial que existe un clima de guerra en Uganda, cuando no es del todo cierto, que la actividad de la guerrilla del LRA está en plena expansión, cuando está en declive, que Joseph Kony está en Uganda, cuando en realidad hace 6 años que ya no reside allí. Los autores del documental, resaltan la utilización de niños soldados por parte del LRA pero obvia la utilización de niños por parte del  ejército de Uganda, cuyo presidente es un fiel aliado de los intereses de USA en la zona, recibiendo una partida de 45 millones de dólares, para modernizar su ejército.

En tercer lugar, el portavoz del Gobierno de Uganda ha expresado su frustración ante la campaña. Los líderes religiosos de la zona se oponen a la intervención norteamericana. Periodistas, cooperantes y ciudadanos ugandesas han protestado ante lo que ven como una perniciosa distorsión de la realidad. Insisten en que Kony está en paradero desconocido desde hace muchos años y que el resto de cabecillas de la lista del Tribunal han sido detenidos, son fugitivos o están muertos. Sus guerrillas se han diseminado entre los países vecinos y que sin oficio ni futuro, se dedican al saqueo. Denuncian que si no se les proporcionan escuelas ni ocupación a los niños, su única salida es esperar a que otro líder paramilitar le dé sentido a sus vidas. Pero todos coincides que solucionar esto es más caro y fastidioso para Obama que colgarse la medalla de haber capturado a otro terrorista. 

 

         En cuarto lugar y como declara la periodista ugandesa Musa Okwonga, en el vídeo hay paternalismo y ecos desagradables de colonialismo en el que se hace un llamamiento a los estudiantes americanos para que liberen al pueblo de Uganda, eliminando al matón que les está haciendo sufrir y todo, bajo el respaldo de famosos que se dedican a promocionan la campaña. 

En quinto lugar, tampoco ayuda descubrir que recientemente, se hizo en Uganda un gran descubrimiento de petróleo en el Lago Alberto, en la frontera con República Democrática del Congo. Un yacimiento que contiene entre 2,5 y 6 mil millones de barriles de petróleo. Se trata del hallazgo más importante de las últimas dos décadas en el África subsahariana y uno de los campos más grandes que han sido descubiertos durante los últimos 35 años y que los americanos ya han considerado como una seria alternativa al petróleo libio.   

Por último, un ex colaborador de Invisible Children ha definido la organización como “una mezcla excitante de desparpajo, buenas intenciones y ninguna experiencia que ha manejado demasiado dinero”. Ha calificado sus campañas de “superficiales” y ha declarado que Kony 2012 “es solo otra forma simplista, resultona y mal concebida de hacer filantropía que hace pensar a la gente que está haciendo algo sin en realidad conseguir nada”.   

Por tanto, teniendo en cuenta todos estos datos siento que esta turbia campaña roza el fraude y su único objetivo va encaminado al enriquecimiento personal de sus impulsores.

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