Cuando un hombre se echa atrás, sólo retrocede de verdad. Una mujer sólo retrocede para coger carrerilla. Zsa Zsa Gabor
Os dejo un tema de su último disco “Seya” (Alegría), un canto a la libertad de las mujeres de África.
Hoy se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Me gustaría aprovechar este día para rendir homenaje a Oumou Sangare, también conocida como la Diva de Malí, compositora, cantante y activista por los derechos de la mujer maliense y Embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Oumou condena la poligamia y la ablación y defiende la libertad de la mujer, las exhorta a luchar contra la opresión.
Oumou Sangare es un ejemplo para las mujeres malienses: propietaria de un pequeño hotel, dueña de una empresa de importación de coches todoterreno y de un campo de diez hectáreas que cede a las mujeres para su propio cultivo. "Hace veinte años que le canto a la mujer negra, a la mujer africana, demostremos a nuestros hombres que estamos capacitadas. La mujer africana siempre ha trabajado duro. Ahora quiere que se le reconozca. Y contribuir al desarrollo de su país. Con los ánimos musicales, con los microcréditos, las mujeres emprenden muchas actividades. Hoy las cosas en Malí han cambiado mucho a mejor. Los hombres pensaban que yo iba a revolucionar a las mujeres, que era la guerra. Y no. Es una guerra incruenta, que estoy haciendo también para ellos".
Oumou nació en Bamako, en 1968, donde sus padres emigraron desde la región de Wasulu, al sur de Malí. Su madre, Aminata Diaknite, también fue cantante y al igual que la mayoría de mujeres de su generación estuvo obligada a la poligamia. "Creo que es lo peor que se le puede hacer a una mujer. Mi lucha es para dar la palabra a la mujer y preguntarle lo que piensa. En Malí hay mujeres que eligen la poligamia, y yo respeto su elección. Soy musulmana, practico mi religión, hago mis cinco rezos diarios, pero me parece horrible que se fuerce a la poligamia a una niña que no ha vivido, que no conoce la vida. Yo quiero que la mujer pueda elegir libremente".
Su padre huyó a Costa de Marfil con una segunda esposa, abandonándolas a ella con apenas dos años y a su madre embarazada. Desde entonces Oumou quedó impactada por la poligamia. "Mi madre se encontró con seis niños. Yo la veía sufrir y eso es lo que me empujó a cantar. Con trece o catorce años me iba a la calle, a los bautizos y las bodas para ganar algo de dinero y llevárselo corriendo a mi madre para ayudarla. La miseria me llevó a cantar y me obligó a dejar la escuela".
A pesar de ello, pensó que había que aprender a perdonar así que se armo de valor y decidió ir a visitar a su padre. "El día que me vio entrar en su casa no daba crédito. Le miré a los ojos y le dije 'padre, he venido a usted y le perdono'. Él también me miró fijamente: '¿Me perdonas, hija?'. Le conté que sabía que había rehecho su vida allí, pero que había construido una casa para él y que quería que se fuese a vivir a Bamako con toda su familia. Y así se hizo. Descubrí a un hombre con un corazón enorme, amable, sonriente. Murió en 2005 cogido de mi mano. Conseguí que mi madre y él hicieran las paces antes de que muriera y me siento muy orgullosa de ello. Toda su familia, todos sus hijos, están ahora a mi cargo".
En África una mujer que no se casa está muy mal vista. "Cuando tú no lo eliges, vas haciéndote cada vez más pequeña. Y ahí estás, sola, reventando. Tengo la suerte de ser escuchada hasta en el lugar más alejado de la sabana y cada vez que grabo un disco pienso en todas esas mujeres que siguen sufriendo. Pero cantado con alegría. Al final digo “despertad, mujeres, bailemos”.
Espero que el 8 de marzo no se silencie este grito a la mujer africana…
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